Nuri Pujolràs
Los masajes fueron para mí, y siguen siendo, un refugio donde curarme. Me han dado y me siguen dando relajamiento muscular, bienestar emocional, menos tensión y más flexibilidad y también la capacidad de cuidar de mí misma. ¡Para mí son un 5 en 1!
El final de mi infancia estuvo marcado por una operación de escoliosis que me supuso adaptarme a mi nueva espalda y asumir molestias que eran nuevas para mí. Ya en la veintena entré en el mundo de los masajes como paciente y me quedé porque todo lo que encontré era bueno para mí: disminuir el dolor de los hombros, tomar conciencia de la tensión emocional que derivaba en contracturas, disfrutar del placer de un masaje y de la relajación posterior, dormir mejor y muchas cosas más.
Y la vida ha hecho de las suyas, y he aquí que 15 años después empecé a interesarme de una manera profesional por el mundo de las Terapias Manuales. Empecé con el quiromasaje, la reflexología podal y el drenaje linfático, seguí con la Naturopatía y la Aromaterapia, y ahora me estoy acercando al mundo más sutil desde la Terapia Craneosacral. Ya venía de un interés personal por el mundo natural al estudiar Biología y de un interés por las personas al especializarme en la Educación Ambiental.
Ahora hago un trabajo que me apasiona y estoy donde quiero estar. Con lo que sé, con lo que siento, con mi disposición hacia el resto ofrezco lo que tengo. Por eso para mí es tan importante escuchar a la persona que viene a mi Espacio de Masajes y Naturopatía, para poder mirarla de una manera holística, y con mis aprendizajes ayudarla hasta donde se deje y hasta donde yo sepa.
Y sigo formándome en este mundo sin fin, porque cuanto más lo recorro más quiero saber.